Isla de Tambo, un Tesoro Escondido en la Ría de Pontevedra
Descubre la misteriosa Isla de Tambo en la ría de Pontevedra: leyendas, historia y paisajes únicos te esperan en este rincón secreto de la Ría de Pontevedra.
La Isla de Tambo, situada en pleno corazón de la ría de Pontevedra, es un lugar donde la historia, la naturaleza y la leyenda se entrelazan para ofrecer una experiencia única a los visitantes. Durante siglos, este enclave misterioso estuvo cerrado al público, lo que alimentó su misticismo. Sin embargo, desde su apertura controlada en 2022, se ha convertido en un destino fascinante para aquellos que buscan descubrir su rica herencia cultural y su impresionante entorno natural.
La Isla de Tambo, con su forma piramidal y sus aproximadamente 28 hectáreas de superficie, es el lugar ideal para desconectar del bullicio y sumergirse en un paisaje lleno de tranquilidad y belleza. Desde la historia de los monjes benedictinos hasta las leyendas que rodean a Santa Trahamunda, cada rincón de la isla cuenta una historia que merece ser explorada.
Historia de la Isla de Tambo
La historia de la Isla de Tambo se remonta a tiempos ancestrales. Aunque es difícil determinar el primer asentamiento humano, recientes excavaciones han revelado vestigios de un castro de la Edad del Hierro, lo que sugiere que la isla fue habitada desde hace miles de años.
Las leyendas locales hablan incluso de un templo dedicado al dios Neptuno, lo que refuerza la idea de que la isla tuvo un importante papel religioso para las civilizaciones precristianas.
La Ermita de San Martín y el Monasterio de San Fructuoso
En el siglo VI, el santo gallego San Martín Dumiense fundó una pequeña ermita en la isla, marcando el inicio de la influencia cristiana en Tambo. Un siglo más tarde, San Fructuoso, una de las figuras religiosas más importantes de Galicia, transformó la ermita en un monasterio benedictino dedicado a Santa María de Gracia.
Durante la Edad Media, la reina Doña Urraca donó la isla a los monjes del Monasterio de San Xoán de Poio, quienes la mantuvieron como un lugar de retiro espiritual.
El Ataque de Francis Drake
Uno de los episodios más trágicos de la Isla de Tambo ocurrió en 1589, cuando el famoso pirata inglés Francis Drake atacó la isla, matando a los monjes y destruyendo el monasterio. Según la leyenda, la venerada imagen de la Virgen de Santa María fue arrojada al mar, pero milagrosamente fue recuperada por unos marineros de Combarro, lo que alimentó aún más el misticismo que rodea a la isla.
Tras un segundo ataque inglés a principios del siglo XVIII, el monasterio fue abandonado definitivamente, dejando la isla marcada por su violento pasado.
Montero Ríos y la Escuela Naval
Tras la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, la isla fue adquirida por Eugenio Montero Ríos, un influyente político gallego que también fue propietario del Pazo de Lourizán. Bajo la propiedad de la familia, la isla mantuvo su valor estratégico. En 1943, los herederos de Montero Ríos vendieron la isla al Ejército español, y desde entonces, pasó a estar bajo la gestión de la Escuela Naval Militar de Marín.
Durante varias décadas, la isla permaneció cerrada al público y solo era accesible para fines militares. Afortunadamente, en 2022, Tambo fue abierta al turismo, permitiendo a los visitantes explorar este tesoro escondido bajo la supervisión de guías autorizados.
Qué Ver en la Isla de Tambo
A pesar de su pequeño tamaño, la Isla de Tambo alberga una sorprendente cantidad de lugares interesantes, cada uno con su propia historia y encanto. Desde playas escondidas hasta ruinas históricas, la isla tiene mucho que ofrecer a quienes se aventuran a descubrirla.
El Faro de TenloChico
Uno de los puntos más emblemáticos de la isla es el Faro de Tenlo Chico, construido en 1922. Con sus elegantes escaleras exteriores y su estructura icónica, este faro sigue en funcionamiento y ofrece unas vistas impresionantes de la ría de Pontevedra. Desde su base, se puede ver claramente la costa de Marín, Poio y Sanxenxo. Además, el faro está rodeado por una pequeña playa y un antiguo muelle, lo que lo convierte en uno de los lugares más fotogénicos de la isla.
Playas de Tambo
Tambo cuenta con dos playas principales, Area da Illa y Adreirá. Aunque pequeñas, ambas destacan por su belleza natural y la tranquilidad que ofrecen, siendo un auténtico paraíso para quienes buscan un rincón apartado.
La playa de Area da Illa, la más extensa de las dos, se caracteriza por sus cristalinas aguas y su arena fina y blanca, que contrastan con el verde intenso de la vegetación circundante. Es un entorno perfecto para desconectar, relajarse y disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Por otro lado, la playa de Adreirá es más pequeña y escondida, lo que la convierte en una opción ideal para aquellos que buscan mayor privacidad. Su entorno es igualmente encantador, con aguas transparentes que invitan al baño y disfrutar de la serenidad de la isla.
Para proteger este frágil ecosistema, algunas áreas de baño están restringidas. Por lo tanto, sigue siempre las indicaciones de los guías para disfrutar de las playas de forma responsable y segura.
Ruinas del Lazareto
Las ruinas del lazareto son uno de los puntos más interesantes para los amantes de la historia. Esta instalación se utilizaba para poner en cuarentena a los marineros y viajeros que llegaban de largos viajes, con el fin de evitar la propagación de enfermedades como el cólera o la fiebre amarilla.
Polvorín e Instalaciones Militares
Cerca del lazareto, se encuentran los restos del antiguo polvorín, una estructura construida para almacenar municiones y utilizada hasta principios del siglo XXI. A diferencia de otras ruinas, estas no solo hablan del pasado, sino que nos recuerdan el carácter militar que la isla mantuvo durante décadas.
Hoy en día, las paredes desgastadas y cubiertas por la vegetación nos recuerdan las operaciones navales que aquí se llevaron a cabo. Caminar por esta zona es como viajar en el tiempo, con la ría de Pontevedra como telón de fondo, silenciosa testigo de los tiempos en los que la isla de Tambo era propiedad del ejército español.
Senderos y Miradores
Uno de los principales atractivos naturales de la Isla de Tambo es su ruta circular de 2,5 km. Este recorrido, que rodea la isla, ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de paisajes espectaculares y de la tranquilidad que reina en este enclave.
A lo largo del sendero, los caminantes encontrarán varios miradores naturales que ofrecen vistas impresionantes de la ría de Pontevedra y sus alrededores. Estos puntos son perfectos para hacer una pausa, tomar aire fresco y, sobre todo, capturar fotos increíbles del paisaje.
El sendero atraviesa frondosos bosques de eucaliptos, que llenan el ambiente de un aroma característico y proporcionan sombra para quienes recorren la isla. Durante la caminata, no es raro avistar aves marinas, como cormoranes y gaviotas, así como algunos pequeños mamíferos y reptiles que habitan en la isla.
Pedra Parabé
Un punto de especial interés en la Isla de Tambo es la Pedra Parabé, una roca singular no solo por su tamaño, sino por las curiosas formaciones agujereadas, conocidas como tafonis, que le confieren una apariencia única. Estas formas, esculpidas naturalmente por la erosión, han generado teorías sobre su uso en tiempos remotos.
Lo más intrigante de esta piedra es que, a unos 60 cm bajo su superficie, los arqueólogos han encontrado cenizas, lo que sugiere que la Pedra Parabé podría haber sido utilizada como refugio o incluso como lugar de culto en el pasado.
Flora y Fauna de la Isla
La vegetación de la isla de Tambo está dominada por los imponentes eucaliptos, plantados por la Escuela Naval en 1945 para ocultar la isla. Además, la flora autóctona incluye helechos gigantes y otras especies que añaden diversidad al paisaje.
En cuanto a la fauna, es posible avistar aves marinas como las gaviotas y los cormoranes. La isla también es hogar de pequeñas especies de mamíferos y reptiles, como las salamandras. Si eres amante de la naturaleza, te encantará explorar este pequeño ecosistema donde la vida silvestre coexiste en perfecta armonía con el entorno histórico de la isla.
Con un poco de suerte, durante la travesía en catamarán, podras disfrutar de la compañia de los arroaces, los delfines comunes que frecuentan las aguas de la ría.
Leyendas de la Isla de Tambo
La Isla de Tambo no solo está impregnada de historia, sino también de leyendas que han pasado de generación en generación.
La Historia de Santa Trahamunda
Una de las más las leyendas más conocidas es la de Santa Trahamunda, una joven novicia que fue secuestrada por los moros en la isla de Tambo, según algunas fuentes, por Abderramán I, y según otras, por su nieto Abderramán II. Trahamunda fue llevada a Córdoba, donde se esperaba que formara parte del harén del gobernante musulmán. Sin embargo, debido a su negativa y su fervorosa devoción, fue encarcelada durante once largos años.
La leyenda relata que, la noche del 23 de junio, víspera del Día de San Juan Bautista, Santa Trahamunda oró pidiendo regresar a Poio. Fue entonces cuando, milagrosamente, un ángel le entregó una palma, con la cual viajó de manera sobrenatural de vuelta a Galicia. De regreso, plantó la palma en el Monasterio de Poio, donde germinó y vivió hasta el siglo XVI. Hoy en día, su tumba puede visitarse en la capilla del Monasterio de Poio, y sigue siendo un lugar de devoción para los fieles que veneran a esta santa.
San Fructuoso y el Milagro en la Isla de Tambo
San Fructuoso, según las crónicas, durante uno de sus peregrinajes por Galicia, el santo y sus discípulos se enfrentaron a una tormenta mientras navegaban cerca de la isla de Tambo. En un momento de desesperación, San Fructuoso oró fervientemente, y ocurrió un milagro: pudo caminar sobre las aguas desde Poio hasta la Isla de Tambo, salvando así a sus seguidores de un naufragio seguro.
Como muestra de agradecimiento por este milagro, San Fructuoso fundó un pequeño monasterio en la isla, lo que inició la vinculación espiritual de la isla de Tambo con la iglesia gallega. Este monasterio, consolidó a la isla como un lugar sagrado durante siglos.
Como Acceder a la Isla de Tambo
Visitar la Isla de Tambo requiere una planificación previa, ya que el acceso está estrictamente controlado para preservar su entorno natural y patrimonial. Los barcos que llevan a los visitantes parten desde el puerto de Combarro, un encantador pueblo costero que también merece una visita. Desde este puerto, compañías como Mar de Ons y Cruceros Pelegrín organizan el viaje en catamarán hacia la isla.
Para poder acceder a la isla, es necesario obtener una autorización especial gestionada a través del Concello de Poio. Este permiso es obligatorio y debe solicitarse con antelación. Además, todas las visitas a la isla se realizan en grupos limitados y bajo la supervisión de guías autorizados, quienes ofrecen explicaciones detalladas sobre la historia, la fauna y la flora del lugar.
Información Práctica para el Visitante
Duración de la Visita
Entre 2,5 y 3 horas.
Precio
Adultos 15,50€, Niños (6-12 años) 10€
Mascotas
No permitidas.
La Isla Secreta por Descubrir
La isla de Tambo, es un rincón cargado de historia, leyendas y naturaleza que te dejará con ganas de volver. Este pequeño paraíso escondido, que durante siglos permaneció inaccesible, ahora te invita a explorar sus senderos, playas y misterios. Ya sea por la fascinante historia de sus ruinas o por la tranquilidad que se respira en cada rincón, Tambo ofrece una experiencia única. Si buscas un lugar donde desconectar, rodeado de paisajes impresionantes y una rica herencia cultural, la Isla de Tambo es ese tesoro que está esperando ser descubierto.
Preguntas Frecuentes Sobre la Isla de Tambo
Para visitar la Isla de Tambo, es necesario obtener una autorización a través del Ayuntamiento de Poio y reservar un viaje en catamarán desde Combarro, con empresas como Mar de Ons o Cruceros Pelegrín. Las visitas son guiadas y controladas para proteger el entorno natural.
La Isla de Tambo es la que se puede ver claramente desde Combarro. Su forma piramidal y su frondosa vegetación la hacen inconfundible en el horizonte de la ría de Pontevedra.
Una de las leyendas más conocidas es la de Santa Trahamunda, una novicia que fue secuestrada por los moros y que milagrosamente regresó a Galicia tras rezar a Dios, plantando una palma que germinó en el Monasterio de Poio.
Entre la fauna de la isla destacan aves marinas como cormoranes y gaviotas, además de pequeños mamíferos y reptiles. A veces, durante la travesía en catamarán, se pueden ver arroaces (delfines).
Aunque la isla cuenta con dos hermosas playas, el acceso al baño está restringido en ciertas zonas para proteger el ecosistema. Es importante seguir las indicaciones del guía.